Qué se yo

En la negrura misma que me rodea veo la negra mosca danzando y danzando en el negro aire y luego parándose con sus negras patas, todos los negros días, en mi negrura. Me mira por unos instantes, me saluda, luego yo le hago un saludo con mis ojos. Pasamos todo el día y la noche juntos, nos queremos, nos tocamos, nos besamos y nos comprendemos como nadie.

Ella sabe que tengo hambre, y yo creo que ella también debe tener. Ella me consuela y compartimos nuestra hambre un trocito para cada uno.

Tengo miedo a que un día durmiendo pueda aplastarla con mi cuerpo gigante al lado del de ella, eso no me lo perdonaría jamás. Ya me ha pasado que he despertado y he matado a alguno de sus parientes, es terrible. Me he lamentado mucho. Pero siempre pienso en la suerte de que no haya sido ella.

No se como hace la gente para vivir sin su propia mosca, me han hablado alguna vez de gente que no tiene una y que tiene otras cosas pero yo creo que no se sienten tan bien acompañados. Todos aquí tenemos nuestra propia mosca acompañada por su familia. Yo sé reconocer a la mía porque es negra, muy negra y tiene dos alas para volar. Me gustaría mucho poder volar para que uno de estos días salgamos los dos volando, porque yo la amo y ella me ama, y nos iríamos a ver el resto, a esos estúpidos, a esos lugares donde no haga tanto calor, donde tengamos espacio para guardar nuestro amor, al lugar de los con lugar. Los dos de la mano con nuestra negrura a los hombros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me la dedicaron? :D

Amaru dijo...

Yo tengo una chinita que me sigue. A veces me pica fuerte, otras sólo me arrulla. La quiero y ella a mi.

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